Todos los amantes de vino esperan algún día tener su propia colección de botellas. Solo ver imágenes de las grandes cavas de las bodegas o de alguna subasta de botellas antiguas se convierte en un tentación para comenzar a comprar botellas. Sin embargo, cuando uno se decide es posible que no se sepa por qué vinos empezar.
Siempre decimos que lo más importante es entender que con el tiempo el vino cambia y tener esto claro es indispensable. También insistimos en que nunca se debe guardar un vino que nunca se ha probado y en lo posible hacerlo con más de una botella de modo que se pueda probar el vino en mas de una oportunidad. Ahora con esto claro, otros datos a considerar son:
Cosecha. Las características del año son vitales para la calidad de un vino y en especial si pensamos guardarlo. Por esto mismo, es importante chequear que tal fue la añada de cada vino que deseemos añejar. Es posible que todos tengan una buena evolución pero sin dudas, los que hayan sido elaborados en los mejores años nos den un mejor resultado.
Varietal. A la hora de los tintos debemos decir que la mayoría son aptos para la guarda aunque algunos como Cabernet Sauvignon, Malbec o Cabernet Franc pueden generarnos más confianza. Pero aquí la clave es el origen, mientras que en España los vinos de Tempranillo son de los que mejor resultado dan en Argentina puede que no pase lo mismo. Entonces, un buen concejo es ir por los vinos típicos de cada región y si se desea explorar otras alternativas, más exóticas, habrá que asesorarse.
Región. Existen zonas que son más aptas para blancos que para tintos y viceversa, por lo tanto a la hora de querer guardar un vino conviene comprobar cuál es la especialidad del lugar.
Gustos. No dejar nunca de tener en cuenta que tipo de vinos son los que nos gustan. A veces por seguir determinados consejos se guardan vinos que no son necesariamente de nuestro gusto solo por que nos los recomiendan. Guarda vino no solo demanda tiempo sino también dinero y además no hay nada peor que descorchar un vino que nos desilusione. Por lo tanto, a guardar aquello que realmente nos gusta.
Productores. Existen productores con mejor mano que otros a la hora de elaborar vinos de guarda. Incluso, algunos conservan los vinos por un buen tiempo antes de lanzarlo al mercado ocupándose así de los primeros años de la guarda. Esto nos asegura que el vino es apto para el envejecimiento en botella. Tener claro quiénes son los más idóneos es un dato muy importante.
Vinos íconos. Las bodegas suelen elaborar sus vinos más importantes solo cuando la añada se los permite de modo que en un año que nos cumpla con sus expectativas esos vinos no se hacen. De modo que estas etiquetas son una referencia para saber cuáles años han sido mejores y por otro lado, cuando un gran vino no se embotella conviene buscar las líneas inmediatamente inferiores de la bodega ya que los vinos que podría haber sido ícono generalmente son utilizadas en esos otros vinos.
Reconocimientos. Ya sean las medalla o los altos puntajes, todas estas referencias son validas para asegurarnos una buena botella. Por otro lado, aquellos vinos con muchos reconocimientos suelen ganar valor con los años por lo que incluso se puede hacer negocio a futuro con sus botellas.
