Rento se elabora de forma muy artesanal y cuidada a partir de la variedad reina de la Ribera del Duero, el tempranillo, que se selecciona únicamente de los Pagos de Zurita, en Olivares de Duero.
De todos los vinos del grupo, Rento es desde el año 2000 el más personal de Carlos Moro, pues además de llevar su firma, lo elabora de forma artesanal y muy a su gusto. En sus propias palabras: “Es el que tiene más de mí, porque duermo gran parte del año a pocos metros de sus barricas y lo pienso y lo acompaño poco menos que como si fuera un hijo”.
Se vendimia a mano, escogiendo solo los mejores racimos, y de éstos, las mejores uvas, y se transportan inmediatamente a la bodega. Apenas se elaboran unas 15.000 botellas, en función a cada añada, de las que la mitad se venden por barricas en primicia.
Cata
Fase visual: Posee una intensa capa con un tono cardenal oscuro con importantes toques amoratados.
Fase olfativa: es amplio, franco y muy complejo, dominando las frutas negras maduras entre multitud de tonos de crianza, madera de cedro, regaliz, tinta china.
Fase degustativa: Posee una buena estructura, elegante y sedosa, con un cuerpo potente y un notable esqueleto de recios taninos bien domados con un final persistente.
El vino
La uva procedente de la parcela Hito Corto tiene unos parámetros de azúcar e intensidad de color excepcionales, que luego se manifiestan en el vino. La selección de la uva es doble, primero racimo a racimo y luego grano a grano. Rento 2011 se ha criado en 50 barricas mayoritariamente de roble francés, de tonelerías tan prestigiosas como Taransaud, Berthomieu, Boutes, Cantón durante 18 meses. La barricas sólo se apilan a una altura y se rellenan mensualmente. Posee una intensa capa con un tono cardenal oscuro con importantes toques amoratados. En nariz es amplio, franco y muy complejo, dominando las frutas negras maduras entre multitud de tonos de crianza, madera de cedro, regaliz, tinta china… Posee una buena estructura, elegante y sedosa, con un cuerpo potente y un notable esqueleto de recios taninos bien domados con un final persistente.
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